La superioridad del cristianismo

Cinco Realidades Innegables

Todo sistema de creencia debe ser puesto bajo la lupa del análisis crítico. El universo no es tan grande como parece en lo referente a conocer si un sistema de creencia proposicional corresponde con la realidad o debe ser descartado como irracional e ilógico. Dicho de otra forma, existen cuatro realidades que deben ser explicadas por cualquier sistema de creencia. La validez del sistema depende del grado de solidez con que el sistema responde a estas cinco realidades. Ello determinará su validez.

1. La existencia del universo

Es obvio que el universo existe. Es imposible demostrar que no existe. Algunos simplemente niegan la existencia del universo material y determinan que el universo o el mundo es una ilusión. El mismo hindú o solipsista que dice que el universo es una ilusión, mira para ambos lados antes de cruzar la calle. Podría ser que un camión de carga pesada lo arrolle porque el chofer no está enterado de que la realidad es una ilusión. También tiene que comer, beber y vestirse como cualquier otro ser humano. Resumiendo: no puede vivir lo que cree o predica.

Cualquier cosmovisión debe reconocer y explicar por qué el universo existe.

El Ateísmo Secular

¿Sabía usted que el ateísmo tampoco puede explicar la existencia del universo? Las opciones que tiene son:

  1. El universo es eterno.
  2. El universo es una ilusión.
  3. El universo se originó de la nada.

Ninguna de las anteriores es sostenible en el mundo de la ideas y la razón:

  1. El universo es eterno - Este punto es negado por la propia ciencia.
  2. El universo es una ilusión - Esta opción ha sido invalidada en párrafos anteriores.
  3. El universo surgió de la nada - El primer principio de la física es: de la nada, nada deriva. Un niño entiende esto. La falla del razonamiento es demasiado evidente.

La única opción viable es que el universo fue creado, pero esta opción no está disponible para el ateo, porque aceptarla abre la puerta para discutir la existencia de un ser trascendente, infinito, ultra dimensional y todopoderoso. Pero es la opción más lógica.

El ateo no puede vivir en el universo de su propia imaginación. El ateísmo es ilógico e irracional, se refuta a sí mismo.

El ateísmo tampoco puede vivir lo que predica

  1. Dios no existe. El ateísmo es irracional desde el momento que niega la existencia de Dios. El problema es que el ateo nunca puede estar seguro de tal cosa por más dogmáticamente que lo afirme, porque la única persona que puede hacer este tipo de afirmación sería Dios mismo. En otras palabras, el ateo tendría que transformarse en Dios para poder decir enfáticamente que no hay Dios. Alguien sólo puede decir que Dios no existe, si pudiera estar en todos lados al mismo tiempo, en todo el pasado, presente y futuro, y descubrir que no encontró ningún Dios. Esto significa que la persona tendría que ser omnipresente, omnisciente y omnipotente. En síntesis, tendría que ser Dios.

Conclusión: El credo implícito del ateísmo viola la leyes de la lógica, y por consiguiente es irracional e inaceptable para la mente educada. Además, tratar de probar un negativo universal es una falsedad lógica (un imposible).

  1. El ateísmo secular es materialista. Debido a que reduce toda realidad a lo que es físico en naturaleza, Dios, el alma y la mente no pueden existir porque son de naturaleza inmaterial. Este concepto de materialismo es la base de varios sistemas filosóficos y políticos. El materialismo es incapaz de proporcionar base suficiente para la verdad, justicia, moral, sentido y belleza. El compromiso de este concepto es con un universo amoral donde no existen normas de justicia, verdad o moral. El materialismo originó el nazismo en el pasado, y hoy es la base del marxismo y el humanismo secular de occidente. Los seres humanos son una colección desordenada de moléculas sin valor intrínseco. No olvidemos que el Tercer Reich y la USSR crearon un vasto sistema de campos de concentración donde la vida humana no tenía valor. Hoy en día, el aborto al por mayor es una expresión más del materialismo. Cuando una corriente de pensamiento pretende reducir la vida al nivel de una piedra o un tronco de árbol, significa que NO PUEDE EXPLICAR LA VIDA TAL COMO ES. Lleva en sí misma la semilla de su propia destrucción al decir que no existen tales cosas como una idea o un pensamiento. Si todas las ideas son nada más que una secreción química del cerebro y no se diferencian en nada con cualquier otra secreción del cerebro, EL MATERIALISMO NO ES MAS QUE UNA SECRECION DEL CEREBRO. Por lo tanto, SE REFUTA A SI MISMO. Cualquier sistema filosófico que se refuta a sí mismo nos debe causar compasión y repugnancia al mismo tiempo.
  2. El ateísmo secular conduce al relativismo. Para poder responder los argumentos teístas, los ateos no tienen otra opción que recurrir al relativismo:

Premisa: Como Dios no existe,
Conclusión: los absolutos no existen.

Premisa: Como los absolutos no existen,
Conclusión: todo las cosas son relativas.

Premisa: Como todo es relativo,
Conclusión: la lógica es relativa.

Negar la validez de la lógica es el último bastión para el ateo. Es lamentable que queden en ridículo cuando tratando de refutar el cristianismo, recurren a las propias leyes absolutas de la lógica.

Los ateos modernos no se dan cuenta que si los absolutos no existen, ellos mismos no podrían afirmar que la creencia en Dios es absolutamente errónea (i.e., que Dios no existe). Si no existen absolutos en historia, ciencia y lógica, es imposible decir que las disciplinas mencionadas refutan el cristianismo. Para el ateo secular es imposible decir objetivamente que el teísmo es falso, ya que ellos mismos niegan la objetividad.

La aserción "Todo es relativo" no es posible de ser vivida. No sólo eso, es autorrefutable ya que cuando se propone, siempre es propuesta en calidad de absoluto.

2. La forma y las leyes del universo

El universo que tenemos frente a nosotros no carece de forma ni de leyes. No es un universo donde cada uno tiene su propia experiencia o su realidad privada.

Si un judío, un budista , un musulmán, un cristiano, un ateo y un hindú saltan al vacío de un precipicio, todos morirán porque existe la ley de la gravedad, la cual no está interesada en lo que ellos creen.

¿Hay leyes que rigen el universo? Por supuesto. La predicción de los eclipses es clara prueba de ello. Los eclipses no son una ilusión, porque una ilusión existe en la mente de la persona que sufre la ilusión, pero una vez que podemos correlacionarnos con la mente de otros que predicen lo mismo, ya no se trata de una ilusión. Se trata de una verdad verificada estadísticamente.

El universo tiene sus leyes. Es inverosímil que hayan filósofos y científicos que digan que no hay leyes, sino que lo que nosotros llamamos leyes son sólo probabilidades estadísticas, o sea la tabulación constante de las misma cosa ocurriendo siempre.

En otras palabras, si usted sube al último piso de un edificio de diez y deja caer un ladrillo unas cien veces, existe la posibilidad que en una de esa veces el ladrillo no se estrelle contra el piso, sino que quede suspendido en el aire.

Es significativo que los que sostienen esto, nunca se arriesgarían a pararse en el punto de impacto donde cae el ladrillo.

Cualquier persona, por más que diga que el universo no tiene leyes, no tiene más remedio que obedecer esas leyes. Por lo tanto, NO PUEDE PRACTICAR O VIVIR LO QUE PREDICA.

Cualquier cosmovisión o sistema de creencia debe explicar porqué el universo está ordenado y no desordenado.

3. La superioridad intrínseca del ser humano

Hace unos años, en mi función de padre oficié de guardián de los niños de una clase de segundo de primaria en un paseo a una reserva natural en las montañas. Mientras recorríamos el parque con la dirección de un guía que nos mostraba las diferentes clases de plantas y árboles, nos encontramos con un grupo de ardillas en pleno desayuno. El guía aprovechó para explicarnos algo de ecología y al mismo tiempo hizo una referencia a los animales. En su breve disertación no perdió la oportunidad para indoctrinar a los niños con la idea de que los humanos también somos animales. No consideré propio reaccionar ante tal declaración - al final de cuentas, eso es lo que le enseñan a nuestros muchachos en toda escuela pública, y yo le explicaría el error a mi hija al terminar el paseo. Unos minutos más tarde, a medida que los niños se ponían más inquietos y los adultos perdíamos algo de control, el guía nos pidió a los padres y maestros que tratáramos de poner orden. Fue ahí cuando no pude resistir contestarle gentilmente: "Bueno, usted les dijo que son animales. No le debe extrañar que se comporten como animales." Por alguna razón, nunca más fui invitado a los paseos de la escuela.

El guía, sin duda, era el típico representante de los promotores de la teoría de la evolución que tanto abundan en nuestros sistemas de educación. Con las disculpas correspondientes hacia ellos y también a la gente de "Salvemos las ballenas", "Abracemos los arbolitos", "Respetemos a la Madre Tierra", etc., el humano no es el producto de las fuerzas a su alrededor, ni es Uno con los animales. Tiene una mente, un mundo interior. Piensa y actúa, influenciando así el mundo exterior con sus acciones.

El ser humano no puede ser reducido a una roca o un animal. Su deseo por buscar la verdad, la justicia, moral, sentido y belleza, inmediatamente lo separa del resto de la creación. Es único de muchas formas. Es un ego cognitivo que puede decir "Yo soy". Puede apreciar el arte. No puede evitar el juzgar moralmente. La "humanidad" del humano no puede ignorarse o evadirse.

El ser humano tampoco puede ser reducido a una máquina o una colección de moléculas. Los que sostienen esta posición, no pueden ellos mismos vivir como máquinas. Si fuera posible vivir como máquinas, no tendrían tensiones en sus posiciones intelectuales o en sus vidas. NO PUEDEN PRACTICAR O VIVIR LO QUE ENSEÑAN.

4. El fracaso del humanismo

El humanismo ha tratado por miles de años de explicar el mundo que lo rodea basado en la razón, las emociones y la experiencia. Pero ninguna de estas cosas, racionalismo, misticismo y empiricismo, ha podido generar una base suficiente para la verdad, justicia, moral, sentido y belleza.

Lo anterior es evidente al ver lo que el humanista ha producido por cientos de años. Ha producido el escepticismo, o sea, la negación de que la verdad puede ser hallada. Ha producido el relativismo, lo que niega que haya normas morales por las cuales debemos guiarnos para conocer la diferencia entre verdad y error, bueno y malo, etc. En otras palabras, humanismo no tiene forma de proveer absolutos. Ha producido el existencialismo, el cual niega que la vida tenga algún sentido. Inherente en su filosofía, se encuentra la obsesión homicida de aniquilar la propia base que hizo posible la existencia de los derechos y libertades que gozamos en la cultura occidental (en algunas regiones, entre dictadura y dictadura).

Como cosmovisión, el humanismo ha fracasado en reconocer o explicar la existencia y la forma del universo, la superioridad del hombre, y su propio fracaso.

5. La superioridad del cristianismo

Todo sistema de creencia, con excepción del cristianismo, no importa que se llame humanismo, ateísmo, budismo, panteísmo, hinduismo, nativismo, socialismo, islamismo, etc., etc., no pasa el examen de la ciencia, la lógica y el razonamiento. Todas estas religiones o corrientes filosóficas, una vez analizadas, investigadas y procesadas a través de la lógica y el razonamiento, son halladas inadecuadas para explicar la realidad del mundo en que vivimos. Muchas de ellas carecen de evidencia histórica y están plagadas de contradicciones e inconsistencias internas. En otras palabras, no tienen pruebas para mostrar que lo que sostienen es la verdad, no hay verificación empírica.

La Biblia por el contrario, nos da una explicación totalmente satisfactoria sobre la existencia y forma del universo, la peculiaridad del ser humano y el fracaso del humanismo.

La cosmovisión teísta cristiana tiene explicaciones adecuadas para explicar los aspectos trascendentales de la vida, y la uniformidad de la naturaleza como el resultado de un diseño ordenado de Dios. Las leyes de la lógica son una derivación de la manera en que Dios mismo piensa - y la forma en que Dios quiere que razonemos. La necesidad de los humanos por atenerse a normas morales absolutas son un reflejo del carácter de Dios y su naturaleza moral perfecta.

Cuando alguien pretende entender el mundo sin considerar la revelación de Dios dada en las Escrituras, siempre termina sumido en necedad (1 Cor. 1:20-25; Rom. 1:21-23).

Sólo la Biblia nos da base suficiente para la verdad, la justicia, la moral, el sentido y la belleza.

por Pablo Santomauro

Obras de Referencia:

  • The New Atheism and the Erosion of Freedom, Robert Morey, Minneapolis, MN: Bethany House Publishers, 1986.
  • Strategies for Dialoguing with Atheists, Ron Rhodes, article, Christian Research Journal, Winter / Springs 1989.
  • Poniendo al Ateo a la Defensiva, CRI article, por Kenneth Samples, traducido por Eliseo Girón.
  • How Should We Then Live? Francis Schaeffer, Crossway Books, Wheaton, Illinois.
  • Apologetics, an Introduction, William Lane Craig, Moody Press, Chicago

Pablo Santomauro es subdirector del Centro de Investigaciones Religiosas, con sede en Montebello, California, Estados Unidos. Es pastor ordenado, autor profuso de artículos relacionados con la disciplina de la apologética cristiana y conferencista especializado en sectas y religiones comparadas. Enseña en el presente, apologética de sectas en el Instituto Bíblico de Calvary Chapel en Costa Mesa y Montclair, California.